Durante catorce años trabajando con niños y mujeres en el interior de la capital, como en aldeas, buscamos un espacio para llevar a cabo las actividades, y siempre nos encontramos con la misma problemática de espacios con basura y menos espacios limpios para ellos. Gozamos de tantos espacios verdes aún, pero generalmente saturados de basura. Y la solución más común es quemarla en algún rincón.Esto nos llevó a buscar alguna forma de reunir cierto tipo basura y me decidí por el duroport; investigando experimentamos que al sumergir el duroport en acetona, este se transforma y se vuelve un material moldeable y de secado rápido; se puede moldear en productos útiles y decorativos. Todos estos procesos lo podrían realizar las mujeres y sus hijos, abriéndose una oportunidad de trabajo para ellos.